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Lavanda: todos los cuidados que debes tener para que florezca

Lavanda cuidados

La Lavanda es una de las plantas aromáticas por excelencia, muy popular por sus hermosas flores moradas y sus propiedades relajantes, perfecta para tenerla al interior o exterior de casa.

No necesita mucha atención, por lo que es ideal para ti si no tienes mucha experiencia cuidando plantas y, si cumples con todos los consejos que te daremos, no solo podrás disfrutar de su belleza natural sino de su gran aroma. Quizá su único defecto es no ser una planta pet-friendly, por lo que debes tener cuidado con ella y mantenerla alejada de tus perros y gatos.

Si quieres saber cómo cuidar correctamente esta planta en maceta sigue leyendo, que a continuación te contamos todos los detalles para tener una lavanda sana y con muchas flores.

Origen de la Lavanda

La Lavanda es un arbusto que puede vivir muchos años y del que existen alrededor de 60 variedades diferentes con tonos blancos, azules y rosas. El origen de su nombre está en la palabra latina lavare, que significa “lavar”. Esta hermosa planta, al igual que el romero, es originaria de los países mediterráneos y, desde ahí, se ha extendido también por zonas rocosas y de montaña en casi todo el mundo.

Usos, beneficios y propiedades de la Lavanda

Esta planta se ha utilizado mucho desde la antigüedad para tratar distintas enfermedades como la ansiedad, las migrañas o enfermedades cutáneas como el acné. Además, es utilizada como ingrediente en algunos productos usados para controlar el dolor en los dientes o combatir las náuseas.

Las partes más valiosas de esta planta aromática son sus flores, las cuales se dejan secar para utilizarlas en la producción de aceites esenciales. El aceite esencial de lavanda tiene propiedades antisépticas y relajantes ampliamente conocidas, por lo que es buenísimo para tratar el dolor de cabeza, el estrés, la depresión o el insomnio.

Cuidados básicos de la Lavanda

1. Necesita mucha luz directa del sol

Puedes tener una Lavanda adentro o afuera de tu casa u oficina, lo importante es que esté expuesta al sol al menos durante 6 horas al día. Si planeas tenerla en interior, asegúrate de ponerla en un lugar muy bien iluminado o junto a una ventana por donde reciba mucha luz solar.

2. Menos es más: riego moderado y poca humedad

A pesar de que la recomendación general es regarla 3 veces por semana, durante el otoño y el invierno es necesario reducir la frecuencia. Para la Lavanda, es mejor regarla durante el día porque así evitas que la humedad se acumule durante la noche.

TIP: Para regar correctamente tu planta, sigue esta regla de oro: hunde la mitad de un dedo en la tierra y comprueba si realmente se ha secado. Si es así, es momento de ponerle más agua.

3. Su tierra debe filtrar bien el agua

Lo más importante para la Lavanda es que su tierra tenga buen drenaje y no acumule exceso de agua o humedad, porque esto podría echar a perder sus raíces. Evita los suelos arcillosos y elige una consistencia más arenosa para una mejor filtración del agua que elimine la concentración de humedad. Puedes lograr una buena mezcla con tierra preparada para plantas de interior y un sustrato arenoso para darle la consistencia que necesita.

4. Elige una maceta grande, de cerámica o barro

La elección de maceta es importante en este caso, porque la Lavanda necesita espacio para que sus raíces se expandan; una de aproximadamente 30 o 40 centímetros de diámetro debería bastar. Considera una maceta de barro, ya que este material permite que el agua sobrante se evapore con mayor facilidad.

5. Resiste muy bien el frío y disfruta el clima templado

La Lavanda resiste muy bien las bajas temperaturas y hasta las heladas. Sin embargo, su ambiente ideal es de templado a caluroso, entre los 20 y los 30°C. Prueba ponerla en un lugar donde pueda estar en estas condiciones y tendrás una planta sana y contenta.

6. Evita la fertilización: la Lavanda no la necesita

Respecto a la fertilización, en este caso es mejor no ponerle ningún tipo de abono, pues esta planta es capaz de mantener su olor característico y florecer por sí sola; pero, ojo, si su tierra es pobre en nutrientes, sí es recomendable ponerle una cantidad mínima de fertilizante en la época de floración.

7. Esta planta te dará flores durante casi todo el año

Según la variedad de Lavanda que tengas, puedes verla florecer ya sea en primavera, verano u otoño; es decir, desde junio hasta finales de diciembre. Toma en cuenta que esto puede variar de acuerdo a las condiciones climáticas del lugar donde vivas y de que cumplas con todos los cuidados básicos para mantener una planta en buen estado. 

8. Pódala después de haber florecido

Una vez que ha dado flores y que veas que sus hojas comienzan a marchitarse, es tiempo de podarla. Esta poda debe ser discreta, quitándole tanto flores como hojas marchitas o las ramas que estén secas. También puedes hacerlo cuando se aproxime el invierno y esto le ayudará a volver a crecer cuando llegue la primavera.

9. Bajo las condiciones correctas, puede crecer mucho

Su ritmo de crecimiento es de rápido a moderado. Cuando la cuidas bien y se encuentra en las condiciones óptimas, puede llegar a medir aproximadamente un metro de altura y seguir ganando centímetros a su tamaño cada año.

10. Cámbiala de maceta después de la floración

Si quieres mover tu Lavanda a una maceta nueva porque ves que ya no cabe en la que está, o porque quieres darle un nuevo aspecto, lo más recomendable es hacerlo una vez que ha dejado de florecer, a principios de primavera o principios de otoño. 

11. Puedes reproducirla y tener más plantas de Lavanda fácilmente

La reproducción por esquejes es el mejor método para multiplicar una Lavanda, además de que, al hacerlo así, podrás tener un nuevo ejemplar adulto y sano como una copia exacta de la planta madre.

Plagas y enfermedades que puede sufrir la Lavanda

Esta planta es muy resistente y prácticamente la única enfermedad que puede sufrir es la botritis, un tipo de hongo que hace que sus flores y hojas se pongan negras. Esto ocurrirá si la riegas demasiado, así que lo que debes hacer es tener mucho cuidado con la cantidad de agua que le pones y cuidar que no acumule humedad en su tierra.

Por otro lado, hay distintas plagas que pueden atacarla, siendo las más comunes la cochinilla, escarabajos, orugas y pulgones. Puedes detectarlas observando frecuentemente sus hojas para ver si tienen manchas blancas u otros signos de las plagas más comunes en las plantas.

¿Qué hacer si la Lavanda tiene hojas secas o marchitas?

Cuando veas que algunas de sus hojas comienzan a marchitarse, quítaselas cuanto antes para evitar que gaste energía en ellas y esto afecte su capacidad de florecer. Las hojas o flores secas en la Lavanda pueden ser consecuencia de una combinación de demasiado sol y agua insuficiente, ten mucho cuidado con eso.

¿Cómo revivir una Lavanda que se está muriendo?

A pesar de que la Lavanda está considerada entre las plantas para principiantes, no está exenta de sufrir por falta o exceso de agua. Sin embargo, aquí hay que tener cuidado porque es común pensar que esta planta se está muriendo cuando en realidad solo ha entrado en su habitual periodo de inactividad, que regularmente sucede durante el invierno. La diferencia más notoria es el color de sus hojas y el olor de la planta, las causas de su agonía pueden ser las siguientes:

  1. Exceso de riego. Si notas que se le están cayendo las hojas, tiene olor a podrido y su tierra está empapada, entonces la has regado en exceso. Sácala de la maceta y retira toda la tierra mojada, permite que se seque por un rato y plántala de nuevo con una nueva mezcla de sustrato.
  2. Falta de agua. Por el contrario, cuando ha recibido poco riego, también se le caen las hojas pero la tierra está en el otro extremo: completamente seca. Corta las hojas, las flores y las ramas secas. Saca la planta con cuidado y déjale un poco de tierra alrededor para no dañar sus raíces. Ponla en un recipiente con agua tibia durante 10 minutos, después deja que drene el exceso de agua y plántala en una nueva mezcla de sustrato.

Si aún no tienes una Lavanda, ¡es momento de conseguir una!

Mucho sol, suficiente agua y un buen drenaje: estas son las tres claves para mantener siempre feliz a esta planta. Ahora que lo sabes, difícilmente te resistirás a tener su maravilloso aroma en casa o la oficina durante los meses de primavera.

No esperes más, con cada planta que adoptas tendrás espacios más naturales y agradables.



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