Guia de Plantas

Agave: cómo cuidarla en maceta o directo en la tierra

Agave cuidados
El Agave se usa como materia prima para producir miel, mezcal, tequila y pulque.. Los pueblos indígenas mexicanos veneraban esta planta y la relacionaban con sus dioses..

El Agave es ideal para cultivar en maceta o directo en la tierra, una excelente opción para decoración por su elegancia y autenticidad; una planta muy fácil de cuidar que le da un gran toque mexicano a tus espacios.

A pesar de que no está dentro de las plantas pet-friendly, es muy popular entre las plantas ideales para principiantes, su forma y gran tamaño llaman mucho la atención, y cuando florece es un verdadero espectáculo. Sigue leyendo para descubrir todo acerca del Agave y sus cuidados: origen y qué puedes hacer si se enferma o es atacado por alguna plaga.

 

¿Cuál es el origen del Agave?

El Agave pertenece a la familia Asparagaceae, dentro de la que hay más de 2 mil especies y, tan solo entre los agaves hay aproximadamente 270 variedades, algunas de las cuales se usan como materia prima para producir, mezcal y tequila.

La mayoría de sus variedades son originarias de América Central y Sudamérica, donde culturas prehispánicas, como los olmecas, las procesaban y fermentaban su jugo para hacer pulque, una bebida alcohólica tradicional mexicana.

Al igual que sucede con otras plantas mexicanas, entre los usos que los pueblos indígenas le daban a esta planta también había algunas aplicaciones medicinales y religiosas, llegando a venerarla a tal grado que los aztecas consideraban a su diosa Mayahuel como la personificación del Agave azul.

Agave: cuidados básicos

 

1. El Agave adora el sol

El Agave es una de las plantas a las que les encanta el sol, aunque también acepta gustoso una sombra ligera por un par de horas durante el día cuando es una planta joven. A medida que va madurando, su tolerancia aumenta al grado de necesitar al menos ocho horas diarias de exposición al sol directo.

 

2. El riego excesivo puede pudrir sus raíces

Esta planta necesita muy poca agua y prefiere que dejes secar su tierra entre cada riego. La frecuencia ideal es regarla cada 10 días, recuerda que, como en la mayoría de las plantas, el riego excesivo puede provocar que sus raíces se pudran. También toma en cuenta que no disfruta mucho la humedad y que le va mucho mejor en climas secos. Recuerda que todas las plantas tienen sus propias necesidades de agua y aprender a regarlas correctamente es clave para asegurarte de que estén sanas y sean felices.

 

3. Se adapta bien a cualquier suelo, pero prefiere uno que sea arenoso o rocoso

El Agave se adapta fácilmente a cualquier sustrato que tengas disponible, pero aman la tierra porosa porque les permite un mejor drenaje y así mantendrán sus raíces libres de la humedad y el peligro de pudrirse.

 

4. Solo los ejemplares más pequeños viven bien en maceta

Cultivar un Agave en maceta es posible, pero es más recomendable solamente cuando se trata de plantas pequeñas. Si vas a tenerlo en interior, la mejor opción es una maceta de barro porque le permite tener un buen drenaje; solo busca una que sea al menos de siete a diez centímetros más grande que sus raíces.

 

5. Disfruta de altas temperaturas y no soporta las heladas

El Agave está más acostumbrado a los climas desérticos y crece mejor cuando se cultiva en lugares semiáridos con temperaturas que no bajen más allá de los 20ºC. Definitivamente no aguanta las heladas pues necesita una considerable cantidad de exposición solar para estar bien.

 

6. El Agave no necesita abono

Por lo general, las plantas de agave no necesitan que las abones para crecer sanas. De hecho, hacerlo aumentará las posibilidades de que florezca más rápido y eso es algo que no quieres que suceda tan pronto porque su ciclo de vida indica que es posible que muera después de florecer.

 

7. La poda excesiva puede estresarla

A medida que va creciendo es necesario observarlo constantemente para identificar si sus hojas inferiores se están poniendo cafés, se han marchitado o si comienzan a secarse. Solo en ese caso es necesario podarlo cortando esas hojas desde la parte inferior y lo más cerca posible del tallo. Hazlo con todas las hojas dañadas hasta dejar solo aquellas que se vean frescas y saludables pero ten cuidado, la poda excesiva puede causarle estrés.

 

8. Se toma su tiempo para crecer

El Agave es de crecimiento lento y alcanza la maduración al cabo de 8 o 10 años de vida en buenas condiciones. Sin embargo, su crecimiento puede ser más rápido si tiene un riego adecuado y los nutrientes necesarios, condiciones que se pueden cumplir fácilmente al cultivarlo en el jardín.

 

9. Primavera y otoño son el momento correcto para trasplantarlo

La época ideal para plantar o trasplantar un Agave es durante la primavera o al inicio del otoño para darle a los ejemplares más espacio y que puedan alcanzar el tamaño máximo. Al hacer este movimiento hacia una maceta nueva, asegúrate de que su base no esté con tierra porque eso podría provocar la pudrición de sus raíces.

 

10. Si lo cuidas bien te dará hijos para tener más agaves felices

La mayoría de las variedades del Agave se propagan así mismas produciendo “hijos” que brotan desde las raíces en la parte inferior de la planta madre. Bastará con que los retires con cuidado y los coloques en sus propias macetas, teniendo los mismos cuidados que le has dado a la planta original.

 

 

Plagas y enfermedades del Agave

Generalmente, el Agave no suele sufrir problemas por plagas o enfermedades porque es muy resistente a ambientes hostiles. Sin embargo, cuando llega a suceder, los insectos que comúnmente aparecen para causar daños en esta planta son el gorgojo del hocico del Agave, escarabajos, chapulines y gusanos.

En particular el primero suele enterrarse en el centro de la planta para dejar ahí sus huevos y provocar el colapso de la planta. Cuando esto sucede, es muy difícil notarlo hasta que es demasiado tarde y es prácticamente imposible salvarla, por lo que es más recomendable sacrificar ese Agave para evitar que la plaga se propague. Recuerda que aprender a identificar las plagas a tiempo puede ayudarte a tomar medidas y salvar la planta

 

¿Qué hacer cuando el Agave tiene las hojas amarillas?

Hay dos razones que pueden estar causando el cambio de color en las hojas del Agave y volverlas amarillas. El primero es el exceso de riego y el segundo es que no esté recibiendo suficiente luz directa del sol. Para contrarrestar el excedente de agua, permite que su tierra se seque por completo antes de volver a regarlo y deja que pase más tiempo entre riego y riego. Por otro lado, asegúrate de que no esté a la sombra por períodos prolongados y, si es necesario, muévelo de lugar a donde reciba mucha más luz del sol y por más tiempo durante el día.

 

¿Cómo revivir un Agave?

Para revivir un Agave que está muriendo primero hay que determinar qué es lo que lo ha llevado a ese estado. Si está relacionado con el riego, corrige la frecuencia cuanto antes aumentándola o reduciéndola según sea necesario para que no reciba más agua de la que necesita porque recuerda que es una planta que prefiere tener sed antes que permanecer húmeda o encharcada todo el tiempo.

Si, por el contrario, su agonía se debe a la cantidad de luz que está recibiendo o que le está faltando, asegúrate de que se encuentre en una ubicación donde pueda tener al menos 8 horas de sol directo al día. Trasplantar tu Agave a una maceta nueva o directo a la tierra y con sustrato renovado también puede ayudarle a revivir.

 

¿Por qué no crece el Agave?

Recuerda que esta planta es de crecimiento lento y que hay que tener mucha paciencia hasta llegar a verla alcanzar su tamaño máximo. Por años parecerá que está igual y que no ha crecido nada, pero mientras cumplas con todos los cuidados básicos de las plantas y tu Agave no deje de recibir la suficiente luz del sol y tenga asegurado el riego cada 10 días al menos, seguirá su ciclo de vida normalmente y al cabo de los años la verás en todo su esplendor.

 

De apariencia afilada y mucho simbolismo

Si tienes algún lugar disponible en tu jardín o al interior de tu casa en donde te gustaría tener un toque verde, distinguido, con gran simbolismo y muy mexicano, el Agave es lo que estás buscando. Darle vida a cualquier espacio con esta planta que, al igual que otras plantas muy duraderas, ofrece años de disfrute natural a cambio de poco esfuerzo y mantenimiento.

No lo pienses más, añade un Agave, o dos, o tres, a tu colección de plantas de interior o exterior y disfruta de su porte y elegancia, ¡no te arrepentirás!

 

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